La colonia de San Roque

 

Un año en la vida de la colonia de cigüeñas blancas de San Roque



Y muy pronto las primeras parejas están incubando, con miradas casi solemnes:

Tanto el macho como la hembra calientan ahora durante 30-32 días los huevos. Se turnan en perfecta armonía. De vez en cuando voltean estos huevos con un inmenso cuidado. Es increíble con que cautela un pájaro tan grande se mueve en la estrechez del nido, siempre procurando de no causar el más lleve daño a los huevos.



Los pollos

"Papá, tengo hambre!":

Desde muy pequeño el pollo sabe que castañetear hace parte de su vida y ...

... en este caso para dejar bien claro que uno tiene gran hambre y que quiere crecer rápidamente:

Pero primero los padres cambian "los pañales"!

"Esto era todo?" El pequeño protesta energicamente:

Y mientras que el papá empieza a vomitar la comida que trajo en su bocio, la mamá se va en busca de más comida para sus crías. Ni un solo minuto de tranquilidad tienen los padres ahora, porque dentro de dos meses los pequeños tienen que ser tan grandes como ellos mismos, para poder emprender poco después su viaje a África.

"Con una gota de agua no basta!"

"Haaaambre!", reclama el pequeño:

"Danos algo, Papá!" Pero el padre ya no tiene nada:



64 días han de pasar hasta que los pollos son capaces de volar y abandonar el nido. Durante este tiempo siempre alguno de los padres está presente en el nido para cuidar, vigilar y defender a los pequeños de posibles enemigos.

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