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También los abejarucos …
… se juntan en La Janda. Sobre todo el miercolés era simplemente maravilloso esuchar tantísimas de ellos. Toda La Janda era envuelta en esta música celestial!
"Que bien que yo no tengo que volar a África!"
Al hijo de la garcilla se le ponían los pelos de punto solamente de pensarlo!
Estas garcillas solamente cambian de campo alegremente:
El cernícalo se divierte ...
... de asustar una y otra vez ...
... a la bandada de grajillas
Y aquí un joven aguilucho cenizo con un insecto:
Como el viento seguía tan fuerte ni el aguilucho cenizo quiso volar más y busco refugio en el borde del arrozal, a pocos metros de nosotros:
Nunca habíamos visto esta ave tan bonita desde tan cerca y estábamos encantados con la belleza de este animal:
Saludos cordiales
Birgit