Tarifa - 4.9.2010 |
Hola a todos!
Ayer estuvimos de nuevo en Tarifa, a la altura del observatorio de Cazalla. Si en mi último relato mostré las pintorescas vistas desde este punto a Tarifa y África, hoy unas fotos que dan cuenta que cada moneda tiene dos caras. En Abril del 2008 debía ser terminado el nuevo observatorio y sus instalaciones. Bueno, estamos en Septiembre del 2010 y les juro, que ayer no estaba listo! Ni siquiera los muchos visitantes, que vienen a ver de todas partes la migración, pueden utilizar el aparcamiento ya asfaltado por múltiples peligros que podrían correr. Y así las cosas todos se apretaban en el camino sin asfaltar y lleno de huecos que lleva al futuro observatorio.
Pero no nos queremos quejar, porque si uno ve contra qué obstáculos humanos ... ...
... tienen que luchar las aves en un día de levante como ayer ...
... para tratar de alcanzar su destino África a pura ala, entonces ...
... hay momentos que a una casi se le para el corazón de susto. Podemos esperar solamente que todas las aves absolvieron ayer con buen éxito sus vuelos contra esos obstáculos que nosotros les ponemos en su camino. Francamente no puedo entender, porque no se paran estos molinos de viento en los días más peligrosos para los aves en tiempo de migración:
El abejero tiene África a la vista ...
... y nos deja hasta el año entrante:
Bueno, y entonces vino hacía nosotros uno de los muchos alimoches que vimos ayer:
Nos sobrevoló majestuosamente y ...
... se tuvo que volver al norte por las fuertes ráfagas de viento:
En La Janda un grupo de cigüeñas blancas aguardaba mejores condiciones para volar al sur:
Y los moritos? Sabiamente decidieron ...
... de alejarse apenas algunos metros de nosotros:
Cuando los planeadores tienen buen tiempo en el estrecho el vuelo a África es para ellos un juego de niños. Pero en días de fuerte viento e intentando de llegar a punta de alear, se da cuenta uno de los muchísimos peligros que corren estas aves, amén de tener seguramente un gran desgaste físico. Pese de haber visto ayer por fin a un alimoche más cerca me vine muy pensativa del estrecho y sin poderme alegrar de verdad. Creo que estuvimos de buenas de no presentar algún desastre fatal.
Saludos cordiales
Birgit