La Janda 21.8.2010 |
Queridos lectores!
También ayer nos fuimos al estrecho. Y ... de nuevo un fuerte viento! Van tres fines de semana de seguida. Numerosos milanos negros se agachaban contra el piso de los campos colindantes, haciendo siempre de nuevo intentos por cruzar el estrecho:
Por poco el viento nos arrancaba los telescopios, así que preferimos seguir el camino a La Janda, dónde aún vimos mucho más milanos negros, alguna culebrera y águila calzada. Y muchos buitres leonados, algunas cigüeñas blancas, todos ellos demasiado lejos para hacerles fotos.
Un joven aguilucho cenizo resguardado en el piso:
Otro intenta de cazar::
"Que suerte tienen estos caracoles! No tienen que luchar como yo contra el viento!"
El joven alcaudón común no sabe ni por dónde empezar! Tiene que aferrarse fuerte para que las ráfagas de viento no lo tumben, a la vez hay que mirar al cielo por si aparece un enemigo y finalmente también tiene que buscar comida. Vaya lio!
Es un milagro que este Iphiclides podalirius logra volar en semejante día para aterrizar en una flor:
Miren, como las garcetas comunes le plantean cara al viento con sus patas abiertas:
El Kindergarten de las garcillas bueyeras estaba de nuevo y más numeroso en el mismo camino, protegido por unos árboles. Algunos animales adultos parecían que cuidaban a los pequeños y les daban las pautas.
"Como hay de tráfico aéreo aquí!", la garcilla cangrejera se agacha algo asustada:
Admirable, como las aves nunca bajan la guardia y tienen que estar atentos permanentemente:
La garza real lucha contra el viento, casi no avanzaba:
Bueno, y a quién tenemos aquí? Nos volvimos locos de alegría cuando se nos acercaba esta carraca:
Y como para hacernos un favor especial se sentó relativamente cerca:
Nunca hasta ayer habíamos tenido la suerte en La Janda de ver una carraca. Estábamos radiantes ...
... poder observar durante algunos pocos minutos esta bella ave:
De los 37ºC a la sombra y del fuerte viento no nos vamos a recordar, pero sí de este maravilloso día lleno de aves y de amistad!
Saludos cordiales
Birgit Kremer