Queridos lectores!
Otro día fantástico que hemos pasado en la desembocadura del Guadalhorce y os invito a vivirlo conmigo!
Este petirojo lleva anillo, pero lástima, no se puede leer:
"Mi colega tendría que haber sido tan valiente como yo y haberse acercado más a la cámara!"
El domingo durante el censo de garzas se contaron en una vecina laguna en medio de un barrio industrial más de 6.000 garzas, garcetes y garcillas!!! Que les atrae allí? Me imagino que le sacan provecho a los inconvenientes de la ciudad: es más caliente que en el campo, hay menos enemigos y por la noche los humanos desaparecen.
Cuando nos sobrevoló esta águila calzada en fase clara nos preguntamos si las fases claras y oscuras se aparean. Y sí esto es así - que me imagino que sí - cuales características de plumaje se heredan? Seguramente alguien me puede ayudar y aclarar nuestras dudas.
Otra águila calzada se peleó por un instante con un ratonero en una bolsa térmica que compartían:
Aparte de esta hembra de aguilucho lagunero vimos hoy también un macho, pero las fotos no salieron buenas.
"Bueno, parece que mi escondite no es tan bueno como yo creí. Me han descubierto!"
"Que hagan su foto sin estas molestas ramas. No tengo nada que esconder con lo guapo que soy!"
Con porte orgulloso vela el macho cuchara común sobre la siesta de su hembra:
Pero de vez en cuando hay que entrenar la musculatura de vuelo:
Que coquetas y elegantes son las hembras de las malvasias cabeciblancas!
Y los machos ya adquieren claras poses de conquista. Ya vimos una de sus ardientes luchas.
De momento el vencedor fue este macho y los otros dos ...
... invitan al Señor Porrón común de abandonar su territorio para retomar la lucha por la hembrita:
Media hora antes de que se baja el sol aparecieron dos lechuzas campestres de sus escondites y ...
... pudimos hasta observar como a lo lejos un furioso cernícalo las echaba de su territorio. Y tampoco a los aguiluchos laguneros no les gusto para nada la presencia de estas rapaces nocturnas!
Una de las lechuzas nos pasó sorpresivamente a la altura de nuestras ojos para posarse a lo lejos:
Casi era ya de noche y nos encaminamos hacia la salida del paraje. Y entonces vimos que una lechuza en vuelo muy bajo se nos acercaba más y más. Contuvimos la respiración. De verdad nos iba a sobrevolar a tan baja altura? Lo hizo! La foto no salió muy bien pero os juro que se nos puso la piel de gallina de emoción y a mi inclusive se me brotaron las lágrimas! Que momento! Bueno, estoy segura que me entienden!
Saludos cordiales
Birgit