Desembocadura del Guadalhorce
9 de Noviembre, 2011
Queridos lectores!
Cuando llegamos a la desembocadura del Guadalhorce enseguida nos saludó uno de los dos águilas calzadas ...
... con un espectacular sobrevuelo a bajo altura encima del observatorio en busca de un suculento desayuno:
"Desayuno! Que buena idea!" - Sin cesar caza la lavandera blanca insectos ...
... al igual que la tarabilla común:
"Yo también estoy hambriento, pero por aquí no vislumbro ningún pececito, así ...
... que intentaré mi suerte en otro sitio:
Mucho más apacibles el señor Cerceta común y ...
... y su guapa mujer a la hora de buscar comida:
La malvasia cabeciblanca también se sumerge a cada rato para comer, pero ...
... quién la asustó debajo del agua de tal forma que ...
... huye a todo mil con pánico?
"Jejeje, fuimos nosotros!", el par de zampullines comunes por poco se muere de la risa:
Y al zampullin cuellinegro le brillan sus bellos ojos rojos con la hazaña de sus atrevidos parientes:
La Señora y ...
... el Señor Cuchara apenas sacan sus cabezas a rato del agua, tan ocupados estaban de buscar comida. Pero nuestra paciencia es grande! 
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Llega otro macho:
Sus ojos aún no tienen el amarillo intenso y también el plumaje aún se diferencia del macho adulto observado hasta ahora. Tal vez un juvenil, camino de ponerse por vez primera el bello traje de invierno?
El macho adulto mientras tanto limpia con esmero pluma por pluma:
A lo lejos observamos a cuatro aguiluchos laguneros, todas hembras, y a un águila pescador en su posadero. No descubrimos al elanio, visto por muchos compañeros en los últimos días. Disfrutamos con las bellas llamadas de los archibebes claros y del entorno hasta el último rayo de sol y nos sentimos como ganadores del gordo en una lotería!
Saludos cordiales
Birgit Kremer