Queridos lectores!
Por fin volvimos a tener oportunidad de pasar un día soleado en nuestro querido paraje de la desembocadura del Guadalhorce!
A parte de cuatro garzas imperiales que vimos de lejos en vuelo, en el paraje reponían fuerzas en su viaje prenupcial unos 60 garcetas comunes, siempre muy ...
... atacados por las muchas cigüeñuelas que allí ya tienen sus nidos y no toleran a estos vecinos tan grandes en sus territorios y los echan con mucha bravura y valentía:
Tres garcillas cangrejeras ni siquiera se atrevieron aterrizar en territorio de cigüeñuelas:
Un martinete también prefirió un sitio tranquilito lejos de todo este ajitreo:
No es bonito?
Una parejita de chorlitejos chicos comparten el mismo islote con una pareja de cigüeñuelas. El escándalo que arman las cigüeñuelas ante cualquier enemigo les es de mucho provecho. Pero vaya cuando la cigüeñuela se levanta de su nido para comer un poquito. Los chorlitejos temen por sus cuatro huevos:
"Tranquilitos los dos, que no quiero vuestros huevos!"
Pero los valientes chorlitejos siguen con sus maniobras de despiste y defensa:
Y al poco rato vuelve la paz y ambas aves siguen incubando tan tranquilamente, rodeados de correlimos zarapitines, avocetas y malvasías. Una delicia!
Saludos cordiales
Birgit Kremer